EL MANANTIAL

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    • #606 Responder
      Manuel Polls Pelaz
      Superadministrador

      CICLO ARTE, PODER DINERO

      EL MANANTIAL de King Vidor (1949) / ARQUITECTURA: ARTE Y NEGOCIO

      Este próximo fin de semana de viernes a domingo, enlace de libre visionado en:

      https://vimeo.com/514697081

      contraseña: CORRALA DE SANTIAGO

      La película contiene un mensaje político que coincide con la filosofía objetivista randiana. Describe parte de dicha filosofía, aunque según la propia Ayn Rand, escritora de la novela y guionista, no quedó del todo conforme con el resultado. El protagonista Howard Roark es el prototipo de hombre dentro de esta filosofía y Ellsworth Toohey, columnista del periódico, es su antítesis, un hombre cuyo pensamiento (radicalmente opuesto a la filosofía objetivista que propugna Rand) queda retratado en el siguiente extracto del libro en que se basa esta película:

      “El problema básico del mundo moderno, es la falacia intelectual de considerar que la libertad y la represión son opuestos. Para resolver los gigantescos problemas que agitan el mundo de hoy, debemos esclarecer nuestra confusión mental. Debemos adquirir una perspectiva filosófica. En esencia, libertad y represión son la misma cosa. Les daré un ejemplo: los semáforos restringen su libertad de cruzar la calle cuando lo desean. Pero esa restricción les da la libertad de no ser atropellados por un camión. Si se les diera un trabajo y se les prohibiera abandonarlo, se restringiría la libertad de sus carreras, pero se les daría la libertad de no temer al desempleo. Siempre que se impone una nueva represión sobre nosotros, automáticamente ganamos una nueva libertad. Las dos son inseparables. Sólo aceptando la represión total podemos conseguir nuestra libertad total.

      En cambio, el objetivismo como corriente filosófica no admite represión alguna que menoscabe la libertad individual, más allá del respeto a la libertad de los demás.»

      Por cierto que tras ver innumerables veces el film supongo que seguirá impresionándonos a todos la escena final, con el ascensor infinito subiendo hacia el inexorable happy end. Antonioni por ejemplo utilizó un inicio inverso pero análogo, en su film L’Eclisse, bajándonos de las alturas y alejándonos de cualquier atisbo de felicidad.

    • #612 Responder
      Carlos Muñoz Muriedas
      Invitado

      Gracias Manuel por poner la película y que haya este espacio de cultura cinéfila y de opinión por estas tierras.

      Vidor es de mis directores favoritos y El Manantial siempre me ha encantado verla, y sobre todo más en una sociedad como la actual en la que parece que no haya una fidelidad a lo que son los principios y uno acabe cediendo a lo primero que dice la mayoría. El resumen de esto sería esa frase irónica de Groucho Marx de “tengo unos principios, pero si no le gustan tengo otros”

      El personaje de Roark me fascina por ser ideal a los suyos, él podía haber ganado mucho dinero, tener fama, vivir tranquilo, etc. Pero prefiere antes que todo eso ser fiel a uno mismo y una persona valiosa como él lo vemos trabajando en una cantera cuando podría estar en un despacho lujoso o luego trabajando en encargos de los que se llaman “menores”, pero que le permiten preservar su estilo arquitectónico.

      Su amor hacia su obra hace que no le importe darle a su amigo Keating los planos de las casas sociales sin que se sepa ni salga su nombre por ninguna parte. De ahí la escena polémica de la dinamitación que Roark ejecuta al ver que este al final cede y no se construyen como él diseñó y que le llevará al juicio y a su elaborado discurso.

      Recuerdo en una entrevista de A fondo de Joaquín Soler Serrano a Salvador Dalí que le explicaba que había diseñado un escaparate en una tienda de Nueva York y que cuando lo vio estaba todo cambiado, entonces él lo rompió y lo detuvieron. Roark va algo más allá porque dinamitar unas casas es más fuerte que destrozar un escaparate, pero la esencia es la misma, ser fiel a uno mismo. Él sabe que será juzgado por esta acción, el discurso final me emociona y no por ello me he de sentir de según qué lado político, en este caso se tiende a catalogar de liberal conservador a quien le gusta la película o la novela ya que lo que se defiende ante todo es la propia personalidad ante una sociedad aborregada y no significa eso que se esté criticando el socialismo y defendiendo el capitalismo.

      Otro aspecto que me gusta es el de la crítica a los medios de comunicación porque no hay un criterio propio de juzgar lo que se ve, oye y lee, por desgracia, también hoy en día. Roark va en contra del establishment imperante, no quiero decir con esto que todos los postulados de un medio de comunicación mayoritario y poderoso o de los políticos que están en el poder sean malos obviamente, pero sí reflexionar y a partir de nuestras ideas ver si coincidimos o no, da la sensación de que una idea estará bien si la ha dicho cierta persona, pero si la dice otro entonces no, antes en los debates había diferentes ideas enfrentadas y con respeto se explicaban, pero ahora parece que los debates estén ya construidos para que venza la idea que se quiere. Por eso me gusta el momento en que a Roark le da igual darle los planos de las casas sociales, porque antes que la persona, el partido, el medio etc. están los principios de la persona, principios que por ejemplo no supo seguir el personaje de Wynand.

      El bello final, aunque diferente al de la novela me entusiasma y se le puede dar varias lecturas, no tan feliz como pudiera parecer. Así como en la mitad de la película hay la escena de Roark en la cantera y vemos a ella arriba de todo, aquí será él quien esté encima. Leí que a Vidor no le había gustado rodarlo, y que amenazó con quemar el negativo. El director no pudo hacer lo mismo que el personaje y destruir su obra alterada, como pasó en otros genios como Welles y El Cuarto Mandamiento o Cassavetes en Ángeles sin paraíso por poner dos ejemplos cinematográficos que vieron sus películas cambiadas. Probablemente Vidor nos está diciendo en la teoría y en la práctica que es utópico que pueda existir un personaje como Roark y llevar en esta vida sus principios, da la sensación de verlo como un dios ahí arriba al final, bien alejado de este mundo y no abajo integrado.

      Un cordial saludo y nuevamente gracias

    • #614 Responder
      Manuel Polls Pelaz
      Superadministrador

      Gracias querido Carlos, sigo habitualmente tu blog y tus entradas en facebook, y es una alegría que hayas encontrado un rato para participar aquí. Con tu fina escritura has desglosado perfectamente los aspectos altitudinales del film, y su profunda y siempre vigente crítica social.
      Como bien comentas parace que ni Vidor, ni Ayn Rand, ni el propio Gary Cooper quedaron contentos con su trabajo. Curioso porque yo no vería modo mejorable alguno al que asistimos, incluidos algunos momentos melodramáticos que tampoco distan tanto del desconcierto de las pasiones vitales en los personajes de la realidad.
      Al respecto de Gary Cooper creo que cabe decir que él mismo era de por sí ya un «rascacielos», un monumento a la vida que conecta la espiritualidad de las nubes con la fuerza geológica del sustrato humano.
      ¡Un fuerte, sincero y muy cinéfilo abrazo!

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