Manuel Polls Pelaz

Respuestas de foro creadas

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  • en respuesta a: ANDREI ROUBLEV #652
    Manuel Polls Pelaz
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    Muchas gracias José Luis por tus comentarios elogiosos, y tu acertada disgresión sobre lo inefable.Tarkovski hablaba del cine como el arte de esculpir en el tiempo, y esa escultura al cincel del camarógrafo queda congelada magistralmente, y como bien dices, en cada fotograma, fuera del tiempo diríase. Tu expresión de «andamiaje de eternidad» hubiera sido así, pienso yo, muy bien acogida por el maestro ruso hacia el sentido de su obra. Por ello los personajes de los films de Tarkovski son casi siempre prisioneros de su sentido hacia lo eterno. Pero no un sentido de eternidad individual sino colectiva, y en eso está su gran valor humanista.
    En cuanto a Welles, echo de menos tu valoración arquitectónica sobre la secuencia de la catedral de Chartres, pero coincido perfectamente con tus consideraciones sobre la arquitectura de Oja Kodar. Ahí queda claro, y desde el principio del film, que la relación sujeto/objeto de la observación, puede ser manipulada por terceros…
    Y sí, naturalmente, comprendo tu disidencia con Vidor y su «El Manantial», pero era un film que introducía amablemente el ciclo «Arte, poder, dinero», y en relación con el cine italiano de postguerra ya en la introducción del primer fin de semana comenté la analogía -por opuestos- de la secuencia final (subida al rascacielos) y «happy end», para con la secuencia inicial (bajada de rascacielos) desesperanzada de «La noche» de Antonioni.
    ¡Un fuerte fuerte abrazo, y nuestro agradecimiento por estar siempre e inefablemente «ahí»!

    en respuesta a: ANDREI ROUBLEV #651
    Manuel Polls Pelaz
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    Querido Carlos, qué atractiva tu observación sobre el fango, un fango efectivamente primordial. Estamos ante un film de visionado recomendable al menos una vez al año, pienso yo. ¡Tal es la inagotable inmensidad de fenómenos estéticos, simbólicos y espirituales que alberga!
    Cuando yo vivía en una cueva del Sacromonte solía verlo el miércoles santo, cada miércoles santo, coincidiendo con la procesión del Cristo de los Gitanos, en las colinas del entonces mi barrio. Se fundían esa larga noche religión, antropología, belleza, capas ocultas y ancestrales de humanidad, jolgorio, ritos, arte y misticismo.
    Sería estupendo poder contar con alguna intervención tuya en nuestros coloquios de Festival Cinemística: La VII edición se subtitula «Los alrededores del silencio». ¡A ver si seguimos en contacto y lo podemos hacer posible! Gracias y un fuerte abrazo.

    en respuesta a: ANDREI ROUBLEV #650
    Manuel Polls Pelaz
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    Querida Cristina, como comentábamos en la introducción, la película expresa la codependencia del arte de un artista y su vida personal. Tarkovski afirmó que el hombre volador en el prólogo es «el símbolo de la osadía, porque la creación requiere del hombre la oferta completa de su ser. Si uno desea volar antes de que sea posible, o fundir una campana sin haber aprendido a hacerlo, o pintar un icono, todos estos actos exigen que, por el precio de su creación, el hombre muera, se disuelva en su obra, se entregue por completo»
    En este sentido los personajes que citas, el hombre pájaro, el juglar, el campanero, el propio Andrei Rublev, son mártires de su propia fe y de su obra.
    Cuando puedas recuérdame por favor tu correo y te envío algunos enlaces de mis films (quedó pendiente)y comentamos el trabajo de tu cuñado. No recuerdo haber visto «Las causas» y sería interesantísimo compartirlo.
    ¡Gracias y un fuerte abrazo!

    en respuesta a: ANDREI ROUBLEV #649
    Manuel Polls Pelaz
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    ¡Pues sí, confiemos que Tarkovski visite nuevamente el cine-club, más pronto que tarde, y efectivamente Stalker como primera opción!

    en respuesta a: ANDREI ROUBLEV #648
    Manuel Polls Pelaz
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    Estimado Martin Cloe, el film efectivamente refleja perfectamente la historia medieval del alma y del arte rusos. Tarkovski y Conchalovski estuvieron 2 años trabajando el guion. El sometimiento de la iglesia al poder y la crueldad del mismo, contrastan con la belleza de los protagoinistas principales: pintores, campaneros, voladores… Todos ellos perdedores y ganadores a la vez, enfrentados al sistema totalitario. Y como bien dices, incluso nuestra actualidad, tan democrática como mediática, se ha alejado de la escucha hacia los protagonistas de las utopías individuales. ¡Gracias y un fuerte y sonoro abrazo!

    en respuesta a: FRAUDE #631
    Manuel Polls Pelaz
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    Sí querido Carlos, Welles fue también falsificado. Aunque también incluyó pinceladas suyas en las obras de los demás: Pienso por ejemplo en «El tercer hombre» de Carol Reed, que muchos espectadores, no especialmente eruditos, atribuyen al propio Welles. Era difícil escapar a la sombra de Wells, en aquel film de sombras vienesas…
    De hecho los que nos dedicamos a filmar, sabemos que el cine es la cosa menos independiente que nos podamos imaginar, pese al genitivo «independiente», que muchos consideran hacia el cine que no pasó por los grandes estudios. Personalmente yo he hablado y elogiado públicamente al cine dependiente en nuestras latitudes. Como mínimo dependiente de la luz, del café, de la inspiración, del equipo técnico y artístico, y sus estados de ánimo… Ese es el milagro del cine finalmente. Conseguir que al final surja una cierta veracidad desde la ficción, más próxima a lo real que muchos documentales, que por lo demás, casi siempre serán falsos documentales. Falsos y verdaderos a la vez, pues lo subjetivo, como las analogías, siempre son ciertas, al menos para quien las vislumbra.
    ¡Gracias por participar y un fuerte abrazo!

    en respuesta a: FRAUDE #630
    Manuel Polls Pelaz
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    ¡Hola Martin Cloe! La catedral de Chartres es el episodio del film en el que Welles nos propone fugazmente un reencuentro con la fe. Y en la proxima cita tarkovskiana se hablará de fe y de pérdida de fe, fe en el arte, fe en la vida, fe en lo divino y en lo humano. Fe en conflicto con el poder, la iglesia, el dinero… Seguimos pues si te parece hablando la semana próxima, con una obra rusa «Andrey Roublev» más entregada a lo trascendental que las dos anteriores. Muchas gracias por suscitar el tema y recolocarnos en el contexto del ciclo…

    en respuesta a: FRAUDE #629
    Manuel Polls Pelaz
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    Querida Belén: Estamos de acuerdo, el reto es vivir, vivir, vivir…
    Welles era un gran vividor, y nos transmite la necesidad del engaño como método de supervivencia.
    Por cierto que hablando del vivir cabe considerar las autofalsificaciones del yo, como método de adaptación a un medio ambiente a menudo agresivo, y opresivo sobre el yo ambulante. Ese camaleonismo puede ser incluso muy aconsejable: falsificarse para irse adaptando a las circunstancias reinantes.
    El reto es seguir reconocible para uno mismo, en el cambio. ¡Conservar el alma? ¡Conservar la firma? ¡Convertirse en obra de arte, incluso falsa obra de arte, pequeña, mediana o grande, para reconocerse en el engaño, y encontrar luego la verdad?
    Porque en la película se cita una supuesta frase de Picasso: «El arte es siempre falso, pero ayuda a encontrar la verdad».
    Gracias por tu afilada pluma Belén, reflejo de tu personalidad, y un abrazo…

    en respuesta a: FRAUDE #628
    Manuel Polls Pelaz
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    Querida Cristina, además de coincidir en todo lo que dices y expresas, me gustaría añadir que el film refleja una gran simpatía de Welles por los personajes alejados del poder oficial. La película respira de una inmensa comprensión (y compasión) hacia las personas que no pudieron alcanzar la cima del arte: Desde los que admiran la belleza de Oja Kodar por la calle, sin poder alcanzarla, hasta los que se compinchan en fiestas de supervivencia social, complices del intento de otro mundo, en el Ibiza de la época. Al principio y al final de la película aparecen niños, porque de eso se trata un poco tal vez, de la reconquista de la inocencia. Y para ello Welles, que recuperó muchísima inocencia en ese su último periodo vital español (siempre muy próximo a las personas y a lo popular), nos hace reir y sonreir, y fabular infantilmente juntos al respecto sobre las aparciencias, y «lo que nunca fue», como el romance entre Picasso y Oja Kodar.
    Y sí, como bien intuyes, yo también soy «cinehasta», y cinemístico, si quieres ver alguna cosita mía te envío gustosamente algún enlace de visionado al email que me indiques.
    ¡Fuerte abrazo y gracias por estar «ahí»!

    en respuesta a: FRAUDE #627
    Manuel Polls Pelaz
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    Querida Elena, sí que es verdad que este film debiera ser de visionado muy aconsejable en los estudios de Historia del Arte.
    Creo que esta obra de Welles toca de pleno en la temática del ciclo, resumida en tres palabras: Arte, Poder, Dinero.
    Centrémonos un instante en la palabra «Poder». En nuestro contexto tiene pienso yo dos posibles retornos, procedentes desde el «Arte» y el «Dinero», que son: Por un lado la confirmación de poder (con reconocimiento social, o autosatisfacción) que se atribuye al poseedor de arte = dinero. Pero por otro lado está el poder de los comisarios, críticos, galeristas, expertos, gestores culturales, políticos etc. que pueden conferir a las obras la cotización necesaria para que los poseedores de dinero con (aspiraciones de poder), asuman la necesaria adquisición de arte para engrosar su autoestima (cartera de valores).
    En este último terreno el esnobismo y la pereza encuentran su paisaje ideal para campar, expulsando del edén oficial, y condenando al ostracismo o misticismo, a mucho verdadero arte menos conocido, y a muchos artistas valiosos.
    Como al principio hablabas de Historia del Arte, habría que considerar en consecuencia también «la otra historia del arte», con minúsculas. Al menos la que esté generacionalmente a nuestro alcance…

    en respuesta a: EL MANANTIAL #614
    Manuel Polls Pelaz
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    Gracias querido Carlos, sigo habitualmente tu blog y tus entradas en facebook, y es una alegría que hayas encontrado un rato para participar aquí. Con tu fina escritura has desglosado perfectamente los aspectos altitudinales del film, y su profunda y siempre vigente crítica social.
    Como bien comentas parace que ni Vidor, ni Ayn Rand, ni el propio Gary Cooper quedaron contentos con su trabajo. Curioso porque yo no vería modo mejorable alguno al que asistimos, incluidos algunos momentos melodramáticos que tampoco distan tanto del desconcierto de las pasiones vitales en los personajes de la realidad.
    Al respecto de Gary Cooper creo que cabe decir que él mismo era de por sí ya un «rascacielos», un monumento a la vida que conecta la espiritualidad de las nubes con la fuerza geológica del sustrato humano.
    ¡Un fuerte, sincero y muy cinéfilo abrazo!

    en respuesta a: TILAI #596
    Manuel Polls Pelaz
    Superadministrador

    Disculpa Gustavo que no te haya contestado hasta ahora pero hemos pasado unos días complicados de trabajo y salud.
    No conozco la película de Samira Makhbalbaf que mencionas pero voy a intentar agenciarmela y visionarla. Porque efectivamente la tragedia merodea por doquier en la naturaleza humana, en ocasiones alentada por normas sociales y tradiciones fomentadas nocivamente por las estructuras de poder.
    Gracias por tus comentarios y sí, efectivamente, pese al pandemónium como tú dices, o pese a quien tenga que pesar, seguiremos considerando que nuestra especie se debe al humanismo como principal divisa.
    ¡Tengo ganas de departir en persona nuevamente juntos, aunque sea enmascarados!

    en respuesta a: TILAI #593
    Manuel Polls Pelaz
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    Estimada Cristina, tuve ocasión de hablar de la película de Ouédraogo con un jóven amigo y ex-alumno llegado hace años en patera, tras un largo peregrinaje desde Burkina Faso. Él es de otra etnia que habita igualmente en la sabana. Me estuvo comentando que hasta finales del pasado siglo las mujeres eran negociadas en matrimonio tal y como se ve en el film. Parece ser que la situación ha cambiado. Actualmente las nuevas tecnologías de comunicación han alcanzado incluso las zonas rurales del país, y evidentemente la sumisión femenina y la tradición ceden paso a otro tipo de relaciones. El padre de mi amigo, cristiano católico por cierto por el pasado colonialista francés, cogió recientemente una segunda esposa más joven, y las rivalidades y conflictos con la primera esposa y sus hijos surgieron de inmediato. En 1990 cuando se filmo «Tilai» (por cierto que el film es ciertamente intemporal), los códigos de honor aliados con el poder sometían cualquier tipo de alzamiento en contra del status quo machista, tal y como ocurre en el film.
    Como bien dices, en el film se vislumbra ya una nueva generación y una futura apertura. El hijo o hija de Nogba será sin duda alguien que no aceptará los códigos de honor que acabaron absurdamente con su padre y su abuelo…
    El film fue de producción media para la época, no faltaba de nada, pero todo fue perfectamente utilizado. Los técnicos de imagen y sonido eran suizos y franceses, pues así se planteó un tipo de coproducción de cine de autor que funcionaba bastante en su momento.
    Lamentablemente estos proyectos son cada vez menos frecuentes en el continente africano, por diversas razones: bajas estadísticas de audiencia, problemas de seguridad en la zona, etc.
    Y sí, hemos aterrizado en la tierra, lunática como la sabana.
    Hasta pronto espero, un cordial y cinéfilo saludo.

    en respuesta a: TILAI #591
    Manuel Polls Pelaz
    Superadministrador

    Gracias querido José Antonio, cuánto tiempo y qué alegría saber de tí. Efectivamente el guión pudiera ser traducido dramatúrgicamente y adaptado a cualquier tragedia universal en civilizaciones diversas. De hecho la película pudiera ser llevada al teatro, aportando diálogos añadidos que suplieran la invisibilidad de la naturaleza. Para goce de nosotros espectadores, el director Idrisa Ouedraogo hizo una puesta en escena tan aparentemente sencilla como lo es el espectáculo del paisaje que rodea a los personajes. Un paraje casi lunático el de la sabana en esa región de Burkina Faso. Ante el mar de la sabana, toda acción toma un relieve mondriánico y definitivo…

    en respuesta a: SOLYARIS (Solaris) de Andréi Tarkovski #584
    Manuel Polls Pelaz
    Superadministrador

    Querido Gustavo, has puesto palabras a mis pensamientos. Además me alegra mucho que encuentres un sentido a la programación del film en el momento de crísis mundial que estamos viviendo. Es casi gracioso que ningún medio se atreva a dedicarle un rato a la cuestión fundamental que preside nuestra existencia individual y colectiva: El misterio del ser. Y es que el tema no debe ser comercial y ni siquiera bien visto dedicarle un rato a pensar sobre ello, de hecho el propio sistema inflacionario/informativo que nos consume se ha encargado de desprestigiar cualquiere titubeo existencialista opositor al «progreso». Por supuesto se reenvían por internet algunas opiniones y actitudes minoritarias al respecto de la protección de la biosfera, del necesario cambio de paradigma en nuestra civilización: Todavía no nos han prohibido opinar, tampoco nos han retirado el derecho al pataleo, y para ejercerlo nos han dejado cual reserva india ciertas webs… Pero curiosamente (pero no sorprendentemente) la ola tecnológica barre todas estas disquisiones que pasan rápidamente al archivo general de las discrepancias desactivadas.
    Confiemos que en algún lugar del cosmos, o exterior al mismo, se guarde memoria e información de todos los sueños que se pierden en el fuego devastador del consumo digital. Solaris es una esperanza, abierta igualmente a todos y a todos nuestros sueños, que sólo nos pide una cosa: soñar, seguir soñando. Es muy afín a este sentido la bellísima cita de El Quijote en el film.
    ¡Hasta pronto, un fuerte abrazo!

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